La Acupuntura es una de las principales técnicas curativas de la Medicina Tradicional China y existe desde hace unos 2500 años. Habitualmente se requiere poseer el título de médico para ejercer esta especialidad terapéutica. Su utilización principal es para aliviar el dolor, aunque también se la utiliza para otras enfermedades o malestares como las náuseas. La Organización Mundial de la Salud enumera más de 40 problemas de salud que pueden aliviarse por la Acupuntura.
Su método más habitual es la inserción de agujas finas para estimular los puntos acupunturales del cuerpo. Algunos métodos también utilizan láser, presiones manuales o aplicación de calor.
En la Acupuntura se considera el cuerpo humano como un sistema de flujos de energía. Cuando estos flujos están equilibrados el cuerpo está sano. En tal sentido, no se habla de enfermedades ni de síntomas sino de desequilibrios de energía.
El acupuntor seleccionará los puntos a estimular según sea el desequilibrio de energía diagnosticado. Las agujas se insertan suavemente en los puntos acupunturales seleccionados y se mantendrán en ese lugar entre 30 y 45 minutos, dependiendo del resultado esperado.
Algunos tratamientos adicionales podrían mejorar el flujo de energía, como el estímulo eléctrico de las agujas o la aplicación de Moxa en la cabeza de la aguja, proceso conocido como moxabustión.
En Argentina, el Ministerio de Salud Pública estableció que la Acupuntura es un Acto Médico y debe ser practicado por médicos profesionales habilitados por la Ley.