La búsqueda de lo divino es un camino de autorreflexión y de autoanálisis permanentes
«Siempre me pregunté por qué la ciencia, la medicina y el psicoanálisis estaban alejados de la espiritualidad, no me imagino que algo pueda funcionar sin dios, sin espiritualidad”, comienza diciendo Liliana García Vázquez, psicóloga social, maestra de yoga y Astróloga, especialista en Ayurveda y en psicología positiva. Este puente entre lo psicológico, lo físico y lo espiritual lo encontró en el yoga y, además, lo presenta en su último libro “Psicoyoga”.
En este particular 2020 constituyó la Fundación Internacional de Yoga Montaña Alta, que brinda formación en yoga integral. “Cuando entré en el camino del yoga me di cuenta que era el camino de la búsqueda de lo divino, de la parte más alta de nosotros, el camino hacia los valores éticos y espirituales, la decencia, la paz, el bien común, la solidaridad, la abnegación y la compasión.
Y llegar a eso no es un camino fácil, es un camino de autorreflexión y de autoanálisis permanente, que es lo que se debe hacer con ese instrumento que es la mente, y es lo más cercano a hacer una terapia permanente con uno mismo”, explica.
¿Cómo se conecta la mente con lo espiritual?
En la cultura occidental, se asocia a la mente con lo racional, no tanto con lo espiritual, pero estamos dotados de los canales necesarios para la conexión espiritual natural. “Todo pasa por el corazón y por el tercer ojo, por el entrecejo, por la conexión con la glándula pineal”, sostiene Liliana.
“La mente está en la dualidad permanente y esto no le da dicha ni paz al ser humano. Debería estar al servicio de la mente superior abstracta e intuitiva, no de la mente racional, y para eso hay que hacer un camino de trascender la mente racional y llegar a ese plano elevado que está conectado con los centros superiores del cerebro, con la glándula pineal, con la coronilla, el Loto de los Mil Pétalos, como dicen en el yoga”.
Un puente valioso entre lo racional y lo espiritual fue desarrollado por la psicología positiva, que se nutre del orientalismo y procede con una profunda empatía y compasión con el consultante. “La psicología positiva tomó mucho del budismo, de las Cuatro Verdades y el Noble Camino óctuple del budismo y una serie de cosas que están en los vedas, ese maravilloso compendio de conocimiento intuitivo y milenario de grandes santos y sabios que lo canalizaron.
De ahí nació el hinduismo, el budismo, el yoga, el ayurveda, aspectos de la astrología; o sea, es un compendio del conocimiento universal muy aggiornado a la actualidad, a este momento donde se vienen abajo todos los patrones institucionales y los imperios políticos y sociales, del saber y de la ciencia que necesitan una transformación”, amplía García Vázquez.
Espiritualidad no es igual a religión
Todavía asociamos espiritualidad con religión, con ritos y dogmas. Pero el yoga no tiene que ver con una religión, aclara Liliana. “Se puede vivir la espiritualidad través de cualquier religión, la heredada o la elegida, aunque a veces la religión nos ha decepcionado en algunos aspectos, ya sea el islamismo, el catolicismo, el judaísmo, la que fuera, pero la espiritualidad subyace. Lo real es la espiritualidad, no el dogma religioso”.
El concepto de espiritualidad, sea cual sea la religión, lo que da es libertad y la libertad es amor. Somos más que la religión, la espiritualidad es eterna, es eso que nos lleva del ser primitivo al ser elevado. Es un camino del yoga.
Con ella vas a ir siempre a lo más profundo, con la oración, con la práctica espiritual, con las asanas, con la meditación que expande la conciencia. Se deja de ser un individuo centrado en la conflictiva cotidiana, para pasar a ser un individuo cósmico, un ser que conecta con energía superiores, con otras esferas, que entiende de que es un ser divino en un cuerpo humano”.
El camino humano es una constante evolución, de ir hacia lo profundo para sanar y encontrarse con uno mismo. Algunos atribuyen al karma el gran señalero de esta búsqueda, otros a los ancestros, a los rasgos psicológicos. Lo que fuera, siempre contamos con la misericordia, para decirlo en términos menos religiosos, con la ayuda divina.
“A lo largo de la historia de la humanidad, la misericordia divina se ha presentado en seres divinos con cuerpo humano y también de maneras más abstractas, en las visiones de los santos y los místicos que han sido faros de luz para toda la humanidad. Creo que es muy necio que el hombre olvide los mensajes de estos grandes maestros, como Buda, Moisés, Jesús, Zoroastro, Sai Baba, la Virgen apareciéndose de todas las maneras posibles”, dice Liliana.
“Esa misericordia de Dios ha estado presente todo el tiempo, pero es el hombre que no ha mirado esto porque está encerrado en su vida particular sin haber capitalizado apropiadamente las difíciles experiencias que ha atravesado. Porque todos vinimos con esa cruz de tener que aprender a través del dolor, la tragedia está presente en la vida de todos los seres humanos pero la capitalización adecuada de todo esto enseña fortaleza, templanza, paciencia, perseverancia”, agrega.
Para hacer este camino interior cada época tiene sus ventajas, la presente, sin lugar a dudas, está siendo una gran oportunidad.
“No estamos en una época de eremitas sino en una era de mucha comunicación, donde todo el tiempo tenemos que estar separando la paja del trigo. Pero hay un evidente cambio en el planeta que requiere tener un muy buen andarivel para atravesar las aguas turbulentas que estamos atravesando”. Liliana García Vázquez dice que el aislamiento que trajo la pandemia le permitió terminar de escribir “Psicoyoga” y, para muchos, esta etapa fue muy útil para abrir nuevas puertas y ventanas.
“La gente no tuvo más alternativa que encontrarse consigo misma y revisar su vida”, concluye.
VIDEO de la entrevista
PODCAST de la entrevista
Monica Baum, noviembre 2020