“Venimos a aprender a través de las relaciones y la pareja es LA relación que nos espeja”
¿Estoy con la pareja correcta? ¿Por qué repito el mismo tipo de pareja? ¿Por qué sigo con esta pareja aunque no soy feliz? ¿Por qué no encuentro pareja? No necesito pareja, estoy bien así… Estas y otras preguntas abordamos en este encuentro con Luis Daniel Vítolo, experto en reprogramación bioemocional, o RBE, un tipo abordaje que desarrolló y enseña junto con su socia Izilda Mendive.
El mismo integra la bioneuroemoción, la descodificación, la nueva medicina germánica, los protocolos de Programación Neurolinguística (PNL), la hipnosis ericksoniana, la meditación… “El nombre suena rimbombante, la gente pone nombres rimbombantes pero en definitiva es todo lo mismo”, aclara entre risas. “Desde los inicios de la humanidad es todo lo mismo: que todo es una unidad y que vinimos a este mundo para manifestar nuestra divinidad”.
De todos modos, la gente no va al consultorio porque busca “expresar su divinidad” sino porque tiene enfermedades físicas o problemas emocionales, o por una combinación de ambas, porque “siempre la enfermedad física tiene un antecedente emocional. Siempre, siempre, siempre”, insiste con énfasis. “El cuerpo es el inconsciente materializado”, dice.
Pero ¿qué hacemos con esa sensación de incapacidad que solemos tener?
Vítolo sostiene que hay que buscar la manera de que la persona reconozca su divinidad y con ello, su capacidad creadora. En tal sentido, los programas de desvalorización o victimismo solo siguen confirmando ese sentimiento, y siguen creando lo mismo. “El objetivo es ayudar a la persona a tomar conciencia de que lo que está destruyendo su vida es ese concepto que tiene de sí mismo. Hay que estar alertas para no boicotearnos. Es un entrenamiento, porque así como se fueron generando los programas de desvalorización, autodestrucción, así va a pasar con los nuevos programas. Hay que mantenerlos un tiempo hasta que se conviertan en algo inconsciente y actúen de forma automática”.
Por eso, no es suficiente la autoindagación, ella tienen que ir de la mano de la meditación: “El autoconocimiento suele quedarse en el nivel mental, pero debe cambiar también la forma de sentir, no solo de pensar, cambiar toda la vibración de mi ser y ahí veré aspectos que no veo en una indagación mental”.
El tema es El Otro
Ahora bien, además de uno mismo, están las personas que nos rodean y que suelen ser nuestros mayores maestros: “El otro existe porque venimos a aprender a través de las relaciones y la pareja es LA relación que nos espeja, parece que hay una lupa donde todo se agranda”, sostiene Vítolo, “lo que tengo que descubrir con cada pareja es qué tengo que aprender yo”.
A su vez, la relación de pareja, siendo nuestro espejo primordial, es la más frágil de todas, es la relación que más hay que cuidar porque se puede acabar. “La de los padres o hermanos no porque, aunque uno se pelee con ellos, siempre seguirán siendo padres o hermanos.”
Hablamos de las parejas construidas por mandatos familiares o culturales, por el deseo de tener hijos, por miles de otros motivos que van más allá del amor. “Se haya constituido la relación por un mandato o por lo que sea, lo que importa es si soy feliz o no soy feliz en esa relación, ¿me alimenta o no me alimenta? ¿O es una fuga de energía constantemente porque en realidad estoy disconforme?
¿Cómo se siente uno con esa pareja? esa es la única variable, no hay verdades absolutas. Y la única manera de comprobar eso y aprender en una relación es teniendo parejas”, sostiene.
Mariposas en el estómago
“Hay personas que están bien aunque están solas, pero son las menos. En la gran mayoría empezás a ver algún tipo de conflicto que está bloqueando y ¿cómo detectarlo? Con la revisión del transgeneracional con el árbol genealógico se pueden encontrar muchas respuestas, pero también depende mucho del trabajo de cada persona”, desafía Vítolo. No es suficiente el diagnóstico, es crucial el trabajo que cada uno haga consigo mismo.
Ahora bien, el enamoramiento es la puerta de entrada a una relación de pareja ¿el enamoramiento es amor? “Muchas veces se confunde la atracción sexual con el amor, pero el amor trasciende la pareja. El enamoramiento siempre va a disminuir, la clave es ver qué queda después del enamoramiento. En realidad, el amor genuino es más difícil encontrarlo en la pareja que en otros ámbitos”, cree.
Desde el punto de vista de la teoría del transgeneracional, muchas veces una relación de pareja tiene la misión de sanar algo que vivió un ancestro. “El reparar tampoco es bueno ni malo, lo que pasa es que la mayoría de las veces en que estamos reparando estamos sufriendo. Pero cuando aparece el disfrute es señal de que ya no se repara solamente. Si lo que mi ancestro sufrió yo lo estoy disfrutando es porque está reparado”, explica.
La infidelidad y los celos
Los celos indican una gran autodesvalorización. “Lo que más le cuesta a la gente es creer que se merece algo bueno. Tal vez acepte que quiere o que puede, pero que se lo merece, le cuesta a todo el mundo”.
En cuanto a la infidelidad Vítolo es enfático: “en realidad nadie engaña a nadie, es uno quien se engaña a sí mismo. No hay una regla que diga que tenemos que ser monogámicos o poligámicos, eso es una convención. Mirá a los swingers, las parejas se intercambian pero siempre todos juntos. Si una de las parejas se encontró a solas todos se sintieron engañados. Esos son los infieles, no por haber estado en la cama con otra persona sino por haber traicionado el acuerdo. Por eso, en la infidelidad la pregunta que hay que hacerse es qué acuerdo tengo con la otra persona pero, sobre todo, qué acuerdo tengo yo conmigo mismo”.
También hablamos del rol de la sexualidad en la pareja
“¡Eso es tan de cada pareja!’, cuando el sexo empieza a aflojar depende de cada uno si van a seguir con ese vínculo o no. Si está basado en lo sexual, tarde o temprano el vínculo se va a terminar, pero si hay otros aditamentos y tengo que poner en la balanza las cosas, si hay amor, si me encanta compartir con esta persona, el sexo empieza a perder un poco de peso.
También depende, inevitablemente, de la época de la vida en la que estamos. Es difícil hablar como si fuese matemática. Hay que ubicar en qué momento de la vida está la persona pero si la persona dice ‘estoy bien y con esto me alcanza’ ¡está todo bien!
Tengo que definir qué quiero hacer con esa relación ¿quiero seguir con esta relación o no? ¿Me daña o quiero seguir disfrutándola?
Ahora, si esto me hace ir a tener experiencias afuera ocultas engañando el acuerdo establecido es donde hay que preguntarse. Pero si es de común acuerdo ¡que siga el baile! no hay nada que esté bien o que esté mal.
El tema es si no lo comento o hago creer algo a mi pareja que no es real. Ahí estoy ante la deshonestidad, sobre todo con la deshonestidad conmigo mismo porque no admito que necesito algo que acá no me dan, me engaño haciéndolo y, como el otro es un espejo mío, también voy a engañar a la pareja.”
Siempre estamos volviendo al tema de la coherencia.
“No hay tranquilizante mayor que la coherencia. No hay energizante mayor que la coherencia, sirve para todo, cura enfermedades, te levanta la vibración.
Vítolo describe algunos recursos que utiliza en el consultorio cuando tienen que acompañar casos de parejas. Uno de ellos es la cuarentena, y su opuesto y que se lo inventó él: la anti-cuarentena.
“Lo que descubrís es que, para vivir, no te hace falta la otra persona. Entonces, cuando no te hace falta ya sos libre para elegir quedarte o para elegir irte”, concluye.
VIDEOS de la entrevista
AUDIO de la entrevista
Monica Baum, octubre 2018