Norma Alessandro. MIT Movimiento Integrador Transpersonal

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Tuvimos que conectar con nuestra vulnerabilidad

Cómo estamos viviendo, terapeutas y personas “comunes”, este periodo de confinamiento y los retos de la “nueva” normalidad. Esto conversamos con Norma Alessandro, psicoterapeuta, creadora del Movimiento Integrador Transpersonal y facilitadora de Eneagrama.

“Esta es una crisis de la humanidad porque es algo que toda la humanidad enfrenta y que no habíamos vivido antes más que por relatos. Transitarlo nos pone en una situación de mucha fragilidad”, comienza diciendo Alessandro.

Tuvimos que conectar con la vulnerabilidad, y la psiquis es bastante lenta para metabolizar los cambios” dice, y reconoce que se interrogó si esta lentitud también tuvo que ver con una negación interna o un mecanismo de defensa.

“Privilegiamos más el tener que el ser en esta sociedad, pero el Ser se presentó descarnadamente. Una de las herramientas para enfrentarlo es hacer más introspección e ir viendo lo que aguantaba pero que ya no aguanto más. Esto que yo creía que podía sostener, pero no lo puedo sostener más. Apareció algo que te hizo enfrentarte y ser sincero con vos”.

Asimismo, esta situación despertó muchas imágenes internas arquetipales y Alessandro lo describe con ejemplos. “Este héroe medio pícaro que no quiere escuchar y sale igual a la calle, como Ulises a ver a su Penélope. Esto lo veo y también veo la negación del: No, a mí este bichito ¿qué me va a hacer?, o esta cosa conspiranoica de a mí no me va a agarrar. Es un mecanismo de defensa del yo consciente, del ego.”

El ego fue buscando soluciones

Para salir de este mecanismo del ego, Alessandro dice que el tener que parar le (y nos) ayudó mucho. “Fue un parate inaugural en mi vida porque soy muy del hacer. Tenemos distintos roles como con los hijos y el trabajo, eso me sirvió bastante para tener momentos de silencio para que la psiquis vaya metabolizando y se vaya adaptando”.

A esta adaptación hubo que agregarle la tristeza de la realidad desgarradora de muchas personas, a veces gente cercana, que fue perdiendo el trabajo o la vida. El silencio, el trabajo interior y la espiritualidad fueron cobrando nuevo valor.

Ahí también cobró un nuevo valor lo maravilloso de la tecnología, otra situación que nos obligó a todos a comunicarnos por internet y a hacernos de las herramientas necesarias. “Eso lo tuve que duelar un poco; hace años que trabajo online, pero con esto de comprar por internet dije estoy fuera del mundo. Fue un duelo a atravesar que también fue un desafío y una oportunidad, y todavía estoy aprendiendo y quiero hacerlo”, confiesa Norma Alessandro.

Al venir la segunda ola, todos estos recursos que en 2020 habíamos desarrollado como transitorios ahora casi que se vuelven permanentes porque, además, a lo sumo volveremos a una “nueva” normalidad.

Es el ego que buscaba solución. Creo que todos tenemos distintos niveles de conciencia, ni mejor ni peor, distintos niveles y uno lo va enfrentando en distintas situaciones. Uno se pone más hacedor: hago cosas, algo más de servicio, o arreglo toda mi casa, o de esta salgo con una empresa un libro escrito… Poderte ver en estos recursos que estas imágenes internas te van despertando ¿qué recursos tengo para ayudar al otro? Aparecieron muchos consejeros, mucho gurú y talleres de todo, era una explosión. Pero yo creo que eso era defensivo”, dice Alessandro, y su recomendación es dejar que estas imágenes internas aparezcan.

Hay muchas imágenes para trabajar con esta orfandad, por ejemplo. Hay un momento en que quedás como huérfano, cuando uno trabaja y las cosas desaparecen. Es esto de decir estoy sola o estoy rodeada con mis hijos que los tengo que atender pero en el fondo yo estoy sola. Hay que darle lugar a eso”.

En ese camino el eje es conocerse. “El autoconocimiento es transformador” dice Alessandro y recuerda una frase de. Thich Nhat Hanh: No hay loto sin lodo. «Ver el lodo de uno, ver el olor a podrido que tiene nuestro interior y que lo queremos tapar y tapar, y es necesario para que florezca el loto, es necesario para que salga algo distinto”.

El nuevo paradigma se nos vino encima

Hace años que, en términos de espiritualidad, de desarrollo personal e incluso a nivel social y de relaciones, venimos reclamando un nuevo paradigma. Con la pandemia el nuevo paradigma se nos vino encima y nos tapó, dice Norma Alessandro.

El nuevo paradigma nos pide una mirada más holística de esta pandemia, “no porque lo sanitario no sea importante sino por cómo nos afectó en nuestra totalidad. Entonces, tener una mirada más holística y poder tener tiempo y darte ese tiempo, no para salir en búsqueda del yo puedo y yo lo voy a lograr y a mí no me va a agarrar. No, es algo invisible, un bichito que nos puso contra la pared a todos y que, además, muta”.

Norma Alessandro manifiesta que entre sus consultantes vio mucho ese sufrimiento interno. “Antes poníamos afuera la culpa, ahora está en nuestro propio recorrido. O tengo que salir, o tengo que salir”. Y el gran desafío en todo este escenario son las relaciones.

El gran desafío son, fueron y seguirán siendo las relaciones

El gran desafío son, fueron y seguirán siendo las relaciones porque somos seres relacionales, somos todos interdependientes” dice Alessandro. Y claro está que la relación más desafiante es la de la pareja.

El camino de la pareja es un camino entre el deseo y la aceptación. La pareja es eso, te tomo en tu totalidad. Las partes que acepto tuyas que no rechazo, que me enamoran, y las partes que rechazo enormemente pero igual te acepto. Esa parte que rechazo pero que estaba tapada con el logro se hizo muy presente.

Y apareció muy cruento porque no lo tolero, lo rechazo, está todo el día dando vueltas en mi casa, tengo que compartir el espacio. Eso se agudizó y fue una oportunidad para hacer nuevos acuerdos. Ese fue el camino que algunos pudieran hacer y otras parejas se rompieron.

Pero esto no solamente pasó en la pareja sino con los padres, con los hijos: tengo cuidar más a mi papá y hago como que lo cuido porque lo llamo todos los días por teléfono, pero el papá está solo en la casa. Lo mismo decir estoy harta en este rol de mamá. Y es verdad porque uno es todo un cúmulo de cosas y esto nos dejó aprisionado, en momento uno pudo sentirse asfixiado”.

No es lo mismo compasión y lástima

Aun cuando el otro no está dispuesto a acordar, Alessandro insiste con que hay que apelar a la comprensión y a la compasión. “Según el nivel de conciencia de cada uno, yo puedo sentir y darme cuenta, pero el otro está en otro nivel de conciencia, ni mejor ni peor. Lo está atravesando con un nivel de conciencia de que todo le explota en su cuerpo, de que tiene miedo, de que aparece el pánico. Ahí tenés que ser un poco compasivo”.

En la jerga cotidiana compasión y lástima terminan siendo sinónimos, pero Alessandro apela al sentido budista de la compasión:

La compasión es estar cerca del otro, entenderlo, comprenderlo, ser empático, ponerme un rato en los zapatos del otro, donde el otro no puede llegar. Ahí estás en el ser, en el no juzgar. Porque lo que nosotros tenemos es esto de juzgar, la culpa está afuera.

Pero si yo trato de verlo al otro, por lo menos desde el principio espiritual de que todos somos iguales y de que tenemos vidas sucesivas del alma y venimos acá a aprender en tercera dimensión. Cada uno viene y va a aprender lo que tiene que aprender.

Creo que esta es una oportunidad de aprendizaje, es doloroso pero es una oportunidad que se nos presenta de cambio, de movimiento. La vida es una secuela y son fenómenos que aparecen y desaparecen”.

Cómo ejercer un límite saludable

Hartos de la pandemia, muchos experimentamos sentirnos superados por situaciones o relaciones ¿Cómo integrar la compasión con las necesidades de uno mismo? Norma Alessandro traza una línea entre ambos:

“La compasión no es resignación. Primero, yo me tengo que amar para poder amar al otro. No tengo que aceptar el cachetazo o lo tóxico. De ahí me tengo que ir. Los límites tienen que estar claros y ser muy precisos. Si no me amo, no me resguardo.

El límite es lo que atenta contra tus necesidades, por eso el autoconocimiento. Soy una apasionada del Conócete a ti mismo, del Oráculo de Delfos. Después será más fácil todo porque, si vos te conocés también conocés al otro. Es imposible no conocerte y no poder conocer al otro, si no empezás a juzgar, a decir que el tema está afuera, en el otro, y ahí no hay posibilidad de acuerdo”.

Alessandro nos ofrece una bella imagen: “Imagínate a Gandhi y a la Madre Teresa de Calcuta sentados ahí queriendo arreglar algo ¿qué te parece que harían? Dirían ¿en qué acordamos, qué nos une como seres humanos? Los acuerdos son una base importante de todas las relaciones, incluso con uno mismo”.

En este punto también se hace necesario aceptar que uno no puede con todo.

“Eso es orgullo, hay que trabajar la humildad”, responde enseguida Norma. “…si yo hubiese sido así podría haber. No podías en ese momento, vos hacés lo que vos podés en ese momento. Hoy lo podés ver, pero porque tu conciencia se amplió, porque hay una información nueva que entró, si no, no lo podés ver”.

Cuestionar las propias creencias

Muchos gurúes aún equiparan la vida exitosa en el afuera como un éxito del Ser. Si bien ambas realidades pueden ir paralelas, el camino siempre es hacia adentro. “Y es el más difícil, el camino del corazón a la cabeza es el más largo”, retruca Alessandro y agrega: “Además, no te olvides que también tenemos una caja boba que es el cerebro. Santa Teresa le decía a la cabeza la loca de la casa.

Es una caja bomba porque te vienen 60 mil pensamientos diarios y vos decís ¿cómo nació este pensamiento? Todo lo que pienso ¿es verdad? todo lo que creo ¿es verdad o son creencias? Todas esas generalizaciones que hacemos ¿son verdad? Empezar a interrogarse si estoy actuando desde un supuesto de algo que creo que es y no es.

El peor enemigo del ser está adentro. Es muy fuerte eso pero no te olvides que nos criaron así, nos criaron con la culpa, con que gente murió por nosotros, con que me sacrifico por vos y mirá cómo me pagas, y tenés que estudiar porque yo trabajo de la mañana a la noche para que vos tengas tu título.

Estamos llenos de todas esas cosas, ahora, ¿es verdad hoy o es un saco que ya nos queda chico? porque a veces nos ponemos los sacos de los cinco o seis años y estamos ahí encorsertados”. ¡Es tan saludable este cuestionamiento que hace Norma Alessandro!

Es hora de sacudir nuestras creencias y es el trabajo es de cada uno. “Sacar la potencialidad que cada uno tiene adentro, ese es el trabajo”, sentencia.

Ese es el nuevo paradigma: primero hacernos cargo de nosotros mismos. Porque venimos muy cómodos poniendo nuestra expectativa y nuestra esperanza en Dios, en el Estado, en la empresa, o en el título. Pero claro está que el camino es hacernos cargo nosotros mismos pero, además, ese el único camino de éxito profundo, de felicidad, de paz, de encuentro, de desarrollo.

El lodo tiene toda nuestra oscuridad y todas nuestras incapacidades, nuestras sombras y nuestra impotencia, y, aun así, dentro de ese lodo es posible que nazca el loto. Nosotros y solo nosotros somos los responsables de que nazca el loto.

 

VIDEO de la Entrevista

PODCAST de la Entrevista

“No hay loto sin lodo” Norma Alessandro

 

Monica Baum, mayo 2021