Cómo la reprogramación de la memoria celular despierta el potencial creativo
Cuando se habla de reprogramar la memoria celular no se refiere a teléfonos sino a las células del cuerpo. Allí se guarda toda la información de la vida en una especie de archivo energético y, como tal, es posible acceder a él y, según afirman sus promotores, modificarlo para mejorar la vida.
“A este archivo energético no lo vemos pero lo podemos decodificar, tiene todas nuestras vivencias, desde lo que vivimos en la panza de mamá hasta el presente y también lo que traemos de nuestros ancestros”, dice Julia Ágata y agrega: “Es una memoria que va registrando absolutamente todo: lo que pienso, lo que digo, lo que no digo, lo que sentí cuando tenía 7 años y no pude expresar. Todo queda grabado en las células”.
Julia Ágata Méndez Castro es de la ciudad de Buenos Aires y su formación inicial fue como locutora nacional, pero desde 2013 se dedica a trabajar con mujeres. Para ello se formó en varias técnicas holísticas como reprogramación de la memoria celular y otras terapias de decodificación, también es facilitadora avanzada en PSYCH-K y theta healing, en flores de Bach, reiki y cuencos tibetanos.
La teoría de la memoria celular entiende el universo como una gran matriz de información donde las células del cuerpo humano actúan como una especie de antenas que va transmitiendo esa información. “Es una memoria que no es sólo la familiar y sino también es la colectiva, es la historia ancestral de la humanidad”, explica Julia Ágata.
Cómo es el abordaje desde la reprogramación de la memoria celular
El punto de partida para trabajar con la reprogramación de la memoria celular es identificar qué está sucediendo en el presente del consultante y cómo se siente al respecto. El segundo paso es salir de la situación de estrés que esto le genera.
“Cuando el estrés superó nuestro umbral de tolerancia frente a alguna situación se apaga nuestra capacidad de ser creativas y de poder resolver desde la calma. Cuando estamos en estrés se activan los patrones ancestrales de supervivencia y, además, reaccionamos de manera automática”, explica Julia Ágata.
En una sesión, el paso a seguir tras recuperar la tranquilidad es elegir la técnica más adecuada para decodificar específicamente estos patrones, pero también definir el objetivo que se busca. “Siempre pregunto cuál es el propósito de lo que se busca resolver porque de esa manera es mucho más efectiva la intervención o el trabajo que se puede hacer”, detalla Méndez Castro.
Aun así, la meta no es quedarse en el pasado. “A partir de ahí podemos trabajar en otros objetivos ya más creativos, porque nuestra memoria celular va a tener muchos patrones de lo que ya fue realizado por nuestra familia, pero aquello que nosotras queremos proyectar hacia adelante y no fue realizado lo vamos a tener que crear”, explica la terapeuta.
“Ahí hay pendiente un trabajo creativo y es donde se activa la conciencia, la cocreación, la colaboración. Para esto son las redes de trabajo, el pedir ayuda, el aprender a delegar, el crear en conjunto, eso es parte de este nuevo paradigma”, manifiesta.
Cómo es el camino del despertar de la conciencia
El despertar espiritual que se viene observando desde hace varios años tiene como base el amor y la bondad vividos de manera honesta e integral. “Son los valores más grandes a través de los cuales nos podemos unir para co-crear cosas bellas y buenas en este mundo que las necesita, este paradigma habla de eso”, sostiene Julia Ágata.
Ella considera que los pioneras que desde hace años vienen trabajando en el despertar de la conciencia desarrollaron una especie de hoja de ruta que explica cómo es este despertar espiritual y qué cosas empiezan a sucederle a la persona cuando los logros pequeños ya no le son suficiente porque no se siente realizada a nivel del alma. “Te quedas con el ¿qué más hay, de qué se trata todo esto de la vida, de la existencia?”, reconoce.
En su caso, estas preguntas al principio la llevaron a una angustia existencial muy profunda que, cuando la trabajaba en las terapias tradicionales, sentía que no llegaba a donde necesitaba. “Lejos de decir que la terapia tradicional no funciona tuve que reconocer mi responsabilidad de que, si aquí no encuentro lo que estoy buscando, me voy a tener que hacer cargo y lo voy a tener que ir a buscar«. Así apareció en su vida la reprogramación de la memoria celular.
Esa hoja en hoja en blanco es la que enfrenta a la persona con una capacidad muy poderosa que es desplegar el potencial creativo que tiene cada problema. “En el bloqueo que tiene una persona también está la información para su resolución”, dice Julia Ágata y explica: “Las células tienen una información muy precisa para cada problema o factor de estrés y también saben cuál es la frecuencia, vibración o recurso interno que va a ayudarte con eso”.
Esto también tiene un fundamento biológico, de cómo funciona el cerebro, según explica Méndez Castro: “Cuando tenemos un conflicto o un problema, se activa el estrés y, por una cuestión de economía energética, se disocian nuestros hemisferios cerebrales. Quizás nos queda mucho más activo el hemisferio izquierdo, por ejemplo, y nos volvemos más racionales y tratamos de pensar, pensar y pensar para ver cómo lo resolvemos”.
En una sesión de reprogramación de memoria celular se busca que la persona libere el estrés para permitir que se vuelvan a integrar las dos mitades y, cuando se unen, pueden empezar a trabajar en equipo. Esto es importante porque cada hemisferio tiene funciones diferentes.
“El hemisferio derecho tiene creatividad y emoción, es el sentir. Es una parte del cerebro que procesa la información toda junta, no ve la separación, es conciencia de unidad. Esto de que somos todos uno el hemisferio derecho lo sabe porque así es como entiende la realidad.
Pero aquí, en este plano ya manifestado necesitamos el orden en lo que está separado y clasificado, eso es hemisferio izquierdo. Entonces, nuestra maravillosa máquina humana está preparada para que trabajen en conjunto y ahí vienen la inspiración, las ideas para poder bajarlas a tierra a través de este hemisferio izquierdo”, refiere Julia Ágata.
Soltar es un eslogan que se puso de moda
Entregarse a la creatividad y soltar son expresiones que se pusieron de moda pero también han traído frustración porque lograrlo depende del nivel de conciencia de quien ya lo experimenta o de quien lo busca denodadamente.
Julia Ágata lo expone con agudeza: “Cualquier frase que veas en redes sociales donde alguien dice ‘vos soltá y confiá’ no es que sea verdad o mentira, sino que esa persona está en un nivel de conciencia donde eso es así. Es su verdad, aunque para otra persona en un nivel de consciencia diferente probablemente no lo sea, le sea más difícil o necesite otro tipo de abordaje para poder llegar a ese estado”.
“Soltar tiene que ver con un estado de presencia, de confianza, de no apegarse a un resultado, de saber que siempre puede haber algo aún mejor que eso que nosotros esperamos y que ello es parte del aprendizaje que hacemos como seres humanos. Estamos recordando quiénes somos y esto es un mensaje muy profundo, somos uno”, agrega.
Esa algo muy distinto al juicio contra uno mismo, “esta voz crítica interior está en contra de nuestro ser creador y se arma desde muy pequeñas cuando nos corrigen por algo, es una etapa en que todo lo que recibe nuestra mente es determinante”, aclara Méndez Castro.
¿Hay que volver a vivir lo que duele para sanarlo?
Diferentes terapias holísticas tiene como camino de sanación el revivir la emoción de lo que hizo sufrir para poder superarlo. En tal sentido, Méndez Castro aclara que hay abordajes para todo.
“Como es un mundo creativo hay caminos donde vamos a sanar a través del dolor y a través de revivirlo, y caminos que se les llama cuánticos y que no requieren generar nuevamente la misma neuroquímica que hubo en el momento traumático. Se pueden sanar a través de elevar la conciencia y con un movimiento que es más energético”, dice.
No obstante, tampoco es suficiente la comprensión intelectual del asunto. “No es suficiente entender, hay que experimentar un proceso de transformación, bajarlo al nivel celular. Entender es solo una parte del proceso, puede ser el principio del cambio, pero que sólo quede en el hemisferio izquierdo, solamente en el intelecto, va a hacer que no bajemos al cuerpo, a conectar, a sentir emoción y tener la capacidad de procesarla”, explica Julia Ágata.
Las mujeres tienen que dar un paso más
Julia Ágata decidió hace un tiempo dedicarse al trabajo con mujeres que, principalmente busquen crear sus negocios a partir de su propia creatividad. “Animarse a crearlo a su manera es parte del nuevo paradigma”, cuenta convencida.
Además de las sesiones individuales, desarrolló un programa que se llama «Basta boicot» que propone que las mujeres trabajen el amor propio, el merecimiento y todo lo que tiene que ver con reprogramarse para aprender a hacerlo. “Me gusta acompañar a las mujeres a poder realizarse desde el deseo y saber que cada una puede plasmar esa visión que tiene y que de este modo está colaborando con el todo, con el planeta, no es algo egoísta”, manifiesta.
“Esto es crear desde el nuevo paradigma que no busca ni dominar, ni pelearse; busca construir desde otro lugar que es cooperativo y busca bienestar y la prosperidad. Porque, que sea colaborativo no significa que es escaso. La abundancia la podemos crear”, concluye.
VIDEO de la entrevista
PODCAST de la entrevista
Memoria celular “En el bloqueo está la posible resolución” con Julia Ágata
Monica Baum, junio de 2021